Charles Baudelaire
En 1857, Baudelaire fue llevado a jucio por Las flores del mal. A continuación leemos un fragmento de uno de los "considerandos":
Considerando que la intención del poeta, en el fin que ha perseguido y en el camino que ha seguido, pese a sus esfuerzos estilísticos y a las condenas que preceden o siguen sus descripciones, no elimina el efecto nefasto de los cuadros que ofrece al lector, efecto que, en los poemas denunciados, tiende a excitar los sentidos mediante un realismo grosero y ofensivo para el pudor...
"Un siglo después, el Tribunal Supremo revisó el proceso y argumentó":
Baudelaire quería escribir las miserias de la vida humana, sin ningún convencionalismo de estilo. Con la lengua sonora y rítmica hizo manifiesta su maestría y, sin velos ni disfraces, trató de comunicar su mensaje con todas las taras, todos los vicios, todo el horror, y también todas las bellezas. Y para conseguirlo, no se arredra ante las palabras. Si determinados poemas de Baudelaire tienen carácter erótico, supo evitar las palabras vulgares y malsonantes; no tenemos los nervios tan a flor de piel como nuestros antepasados. Incluso hemos podido digerir las proezas del amante jardinero de Lady Chatterley. Conviene por tanto borrar una condena...
Fragmentos de la edición de Las flores del mal de la editorial Cátedra. Letras Universales.
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