[Julieta está esperando la llegada de Romeo. No sabe que éste ha matado a Tybalt]
ACTO III. ESCENA II
JULIETA
¡Corred veloces, caballos de pies de fuego!
(...)
¡Extiende tu negro manto, oh noche protectora
del amor! ¡Y tú, sol, cierra tus ojos ya!
Que Romeo venga, inadvertido, en silencio, a mis brazos.
Los amantes celebran sus amorosos ritos
con la sola luz de su belleza, pues siendo ciego
busca el amor la noche. Ven, noche oscura,
ven, matrona sabiamente enlutada,
y enséñame a perder un fácil juego,
ése que juegan dos virginidades inocentes.
Cubre la sangre indómita que arde en mis mejillas
con manto de tinieblas, hasta que el tímido amor
se decida, y amar no sea sino pura inocencia.
Ven, noche; ven, Romeo; ven tú, día de la noche.
Tú que yaces sobre alas nocturnas, y en ellas
más blanco apareces que la nieve sobre el cuervo.
¡Ven, dulce noche, amor de negro rostro!
Dame a mi Romeo y, cuando muera, tómalo,
y haz de sus pedazos estrellas diminutas
que iluminen el rostro del Cielo, de tal forma
que el mundo entero ame la noche,
y nadie rendirá tributo al sol radiante.
Oh, dueña soy ya del palacio del Amor
y aún no lo poseo. Vendida fui ya
y aún no me gozan, Pesa tanto este día
como la víspera de fiesta al impaciente niño
que tiene ropa nueva, pero no le permiten
llegar a usarla...
lunes, 22 de noviembre de 2010
"ROMEO Y JULIETA". Texto para comentar: ACTO III, ESCENA II
Etiquetas:
Romeo y Julieta,
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